Como vimos anteriormente, al discutir respecto al Ingreso Básico Universal, versamos sobre el cobro de grandes impuestos a las corporaciones millonarias que ostentan los medios, ergo los algoritmos y robots, de producción. La idea es luego distribuir este dinero entre las personas con la finalidad de que puedan cubrir sus necesidades básicas. ¿Pero qué es y qué no es una necesidad básica? ¿Son estas premisas acertadas?
De la forma en que lo veo, el Ingreso Básico Universal, si bien a muchas personas les brindará un mejor pasar, no hace más que mantener a las personas a raya, evitando así con esta nueva red de contención, que se generen disturbios sociales, políticos y económicos, que atenten contra el bienestar de los nuevos ricos tecnológicos y la clase política. Así y todo, pensando en el largo plazo, si hay un aspecto que destaco de esta idea es que me parece bien que apuntemos a proteger a los seres humanos y no a los trabajos per sé. Debemos proteger las necesidades humanas y el sentido de pertenencia e importancia individual en una sociedad diversa.
No existe una definición universalmente aceptada y consensuada respecto a qué comprende una necesidad humana básica. Tal como hoy en la mayoría del mundo, el acceso a la educación es considerada como algo básico en las sociedades modernas y recientemente internet parece estar sumándose a ese cuadro de necesidades, anteriormente, las iglesias ocupaban un papel similar, ya que ellas se ocupaban del alma eterna de las personas en vez de algo tan efímero como el cuerpo humano en sí. Biológicamente necesitamos entre 1.500 y 2.500 calorías diarias para generar la energía suficiente de cada día, sin embargo dudo que los gobiernos decidan cubrir únicamente este estándar. Esto último podrá variar entre país y país, pero lo que no puede variar es el hecho de que las necesidades imperantes de los seres humanos son cuestiones físicas, como el acceso al aire, agua, comida y calor. Recién después de tener esas necesidades cubiertas podemos preocuparnos por la seguridad, el orden y la ley, para finalmente luchar por nuestra libertad. Podemos intentar invertir el orden de los factores de esta lista, pero no funciona. De nada nos serviría la libertad, si alguien más nos puede robar nuestro alimento y no ser sancionado por ello.
Hoy en día, una persona promedio puede disfrutar de un bienestar superior al de sus antepasados y al de muchas figuras históricas influyentes. Consideremos la comida disponible en supermercados, el acceso a electricidad y gas, y la vasta información a la que podemos acceder desde nuestros teléfonos móviles. Sin embargo, siempre vamos por más y por ende es probable que para el 2050 o 2100, a pesar de tener un Ingreso Básico Universal y una red de contención con mejor educación y salud, es posible que una persona no se sienta satisfecha debido a la creciente inequidad y el estancamiento en el ascenso social.
Indiscutiblemente la tecnología tiene el potencial suficiente para levantar el estándar de vida de toda la humanidad, después de todo, más allá de los costos de producción y la automatización de tareas, como dice Peter Diamantis, la escasez, muchas veces es meramente contextual. Para citar un ejemplo, el Departamento de Energía de los Estados Unidos, ha estimado que la humanidad consume 410 quintillones de Joules cada año. Eso equivale a 410 con 18 ceros detrás. Lo loco, es que aproximadamente, cada una hora y media, el planeta es tocado por 430 quintillones de Joules. Y al Sol, según el consenso científico, aún le quedan 5 mil millones de años de vida antes de apagarse para siempre. Eso, para nosotros, es tan difícil de conmensurar, que podríamos decir que el Sol es una fuente prácticamente ilimitada de energía para la humanidad. La energía está ahí, pero nosotros aún no tenemos la capacidad para capturarla toda para nuestro consumo. No hay dudas de que el futuro será verde, y por ello la mejora, y la reducción del precio, en la tecnología que nos permite capturar y utilizar la energía solar es clave. Este es un claro ejemplo de cómo la escasez a veces es contextual y un problema de accesibilidad. ¿Es el único? No. El hambre y el acceso a la comida es otro ejemplo. Mientras en Estados Unidos, más del 30% de la comida producida es tirada a la basura, a nivel mundial, 1/3 de los alimentos producidos también se echan a perder, mientras en el caso de las frutas y vegetales el desperdicio se acerca al 45%[181]. En promedio, una familia de cuatro integrantes en Estados Unidos, echa a perder comida por un total de US$ 1.500 anuales, mientras que a nivel macro, al considerar todos los actores, se estima que el desperdicio de comida en dicho país, asciende hasta los US$ 160 mil millones[182]. Si lo queremos graficar aún más, podemos tomar en consideración las estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (Environmental Protection Agency, en inglés), que indican que en el 2018, se desperdiciaron 103 millones de toneladas de alimentos. ¿Con qué podemos compararlo? ¡Con la Estatua de la Libertad! Pero no con una sola de ellas. La famosa estatua erigida sobre el río Hudson, en la costa de New York, pesa 225 toneladas. Esto quiere decir, que el total de alimentos desperdiciados por la potencia del Norte, equivale a más de 450 mil[183] veces, el peso, de la Estatua de la Libertad. Esto quiere decir, entre otras cosas, que el problema de hambruna que actualmente sufren más de 690 millones de personas en el mundo, no se debe a que no producimos el alimento suficiente. No hace falta aumentar la producción, sino mejorar la distribución y garantizar la accesibilidad a la misma.
La culpa no es de Henry Ford por masificar el uso de automóviles, ni de John D. Rockefeller por explotar la industria del petróleo. La humanidad hace lo mejor que puede, con los conocimientos y las herramientas que tiene a su alcance en un momento dado. La industria automotriz, y la industria petrolera, nos permitieron avanzar a pasos gigantes. Hoy, sin embargo, la tecnología disponible, y la evidencia respecto a la crisis climática, nos obligan a acelerar la transición a energías limpias y a modelos de transporte basados en servicios públicos, o en el alquiler bajo demanda de los servicios de un conductor de Uber, lo cual además de ahorrar recursos naturales, y reducir la contaminación visual y sonora de las ciudades, termina siendo más barato para el bolsillo del usuario promedio. Ni hablar de la huella de carbono de un vehículo que funciona en base a combustibles fósiles y uno que lo hace con energía renovable.
Los sistemas computacionales modernos, los sensores inteligentes conectados a internet, la robótica, la biotecnología, la nanotecnología y las impresiones 3D, son todas tecnologías que nos invitan a pensar que un mundo, para casi 9 mil millones de personas, con energía limpia, viviendas asequibles, comida sana y educación de calidad, es posible. De hecho el acceso a internet, como tecnología de la información, ha tenido un crecimiento jamás visto en la historia de la humanidad, ni con la masificación de los libros, ni la radio, ni la televisión. Hoy, más del 60% del mundo tiene acceso a internet, en comparación con el 42% en el año 2015, y un mero 8% si nos remontamos dos décadas atrás. Hoy 80% de la población argentina cuenta con un teléfono inteligente y son usuarios activos de las redes sociales[184]. El desafío entonces pasa a ser cómo organizarnos para que todo lo demás también sea posible.
[181] Beauty (and taste!) are on the inside. Food and Agriculture Organization of the United Nations. (2018). Visto el 12 de julio del 2021, en http://www.fao.org/fao-stories/article/en/c/1100391.
[182] Cooper, R. (2021). Food Waste in America: Facts and Statistics (2021 Update). Rubicon: Software Platform Offering Smart Waste and Recycling Solutions. Visto el 18 de julio del 2021, en https://www.rubicon.com/blog/food-waste-facts.
[183] Cooper, R. (2021). Food Waste in America: Facts and Statistics (2021 Update). Rubicon: Software Platform Offering Smart Waste and Recycling Solutions. Visto el 18 de julio del 2021, en https://www.rubicon.com/blog/food-waste-facts.
[184] Argentina. (2022). DataReportal – Global Digital Insights. DataReportal. Visto el 15 de febrero del 2023, en https://datareportal.com/reports/digital-2022-argentina.