Mi formación académica está centrada en las Relaciones Internacionales, la ciberdefensa y la ciberseguridad y los negocios de base tecnológica. Los que me conocen saben que soy un geek o nerd empedernido que se ha involucrado en proyectos tecnológicos, políticos y sociales de diversa índole y que me gusta aprender de todo un poco, más allá de mi área profesional, desde la programación hasta el funcionamiento del cuerpo humano.
Durante uno de mis periplos en pos de ampliar mis conocimientos, me adentré en el fascinante ámbito de la neurociencia cognitiva. Al explorar el funcionamiento del cerebro humano y cómo esta intrincada maraña de neuronas interconectadas genera lo que conocemos como mente, mi perspectiva se transformó por completo.
Del mismo modo que nuestro cerebro opera como una vasta red neuronal, con conexiones de distancias variables y células que interactúan en distintos grados, con señales eléctricas que fluyen a través de ellas y dan lugar a nuestra conciencia y proceso de aprendizaje, actualmente estamos comenzando a emular esta estructura e incorporarla en la arquitectura de cómo funcionan las computadoras. Y como si fuera poco, hoy las máquinas se ven beneficiadas por el Big Data, es decir, esa cantidad enorme de datos creados de forma colectiva cada día por todos nosotros con prácticamente cada acción que realizamos, como por ejemplo cada foto que sacamos, las veces que bloqueamos y desbloqueamos el celular, cada página web que abrimos, cada Me Gusta que damos, cada anuncio, imagen o noticia que ignoramos e incluso el color de una prenda que compramos a través de internet o la marca de galletitas que elegimos en el supermercado termina aportando a ese océano de datos que luego se convierten en información. Según Peter Diamandis, co-fundador de la Singularity University, la información que manejamos hoy en día es tanta que nos es imposible dimensionarla con claridad. Actualmente, según expone Diamandis en su libro “Abundancia”, la tirada semanal del diario New York Times contiene más información que el promedio de información accedida por una persona del siglo 17 a lo largo de su vida. Para graficarlo aún más, te cuento que, desde el comienzo de la historia humana, hasta el año 2003, se habían generado cinco exabytes de información. ¿Qué es un exabyte? Mil millones de gigas, es decir, un uno con dieciocho ceros a su derecha. Luego, hacia el 2010, según Eric Schmidt, director ejecutivo de Google, la humanidad ya estaba generando hasta 5 exabytes cada dos días, y las estimaciones más recientes[16], sostienen que para el 2025, la sociedad global producirá 463 exabytes de información al día. Si a veces nos sentimos perdidos entre tanta información, ahora entendemos el porqué.
Para comprender mejor cómo es que hoy le podemos enseñar a las computadoras, entendamos primero cómo aprendimos, nosotros mismos, algo tan sencillo como identificar un tenedor. Nuestros padres nos mostraron y señalaron un tenedor y dijeron “tenedor” una gran cantidad de veces hasta que nosotros lo repetimos. Una vez que aprendimos eso pensamos que ya sabíamos todo y señalamos una cuchara y volvimos a decir “tenedor”, momento en el que nuestros padres nos dijeron “no, cuchara”. Una vez entendida la diferencia entre ambos, cada vez que vemos un tenedor, la etiqueta “tenedor” aparece en nuestra mente, activando ciertas vías neuronales y no otras. Este aprendizaje se da a través de un refuerzo constante de la información percibida, por lo que nuestra comprensión de la vida está basada en grandes datos filtrados a través de nuestros cerebros que actúan como una computadora que procesa los datos recibidos.
[16] Desjardins, J. (2019). How much data is generated each day? World Economic Forum. Visto el 15 de junio del 2021, en https://www.weforum.org/agenda/2019/04/how-much-data-is-generated-each-day-cf4bddf29f.