El laberinto del ecoimperialismo

 

El cambio climático existe. Nuestras acciones sobre el planeta juegan un rol importante en ello. Punto. Lo dice la ciencia. No lo dice un cura. Quienes lo niegan nunca leyeron la abundante evidencia científica disponible, o peor aún, fueron víctimas de los algoritmos que en su afán de mantenerlos conectados más tiempo, y conociendo sus debilidades mejor que uno mismo, los succionaron en un sinfín de videos conspirativos sobre éste y otros temas.

 

¿Vivimos una crisis existencial o una emergencia planetaria?” Le pregunté al profesor Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, en el marco de una entrevista que le realicé debido a mi rol como Director General de Global Shapers Buenos Aires, capítulo local de la Global Shapers Community en el año 2022. La misma puede ser accedida a continuación.

 

Entrevista de Facundo Cajén y Natalie Pierce a Klaus Schwab[203]

 

Para responderla vamos a citar a Johan Rockström. Para él, vivimos una crisis existencial, lo cual no quiere decir que el mundo entero vaya a colapsar mañana mismo o en 10 años puntualmente. Lo que él señala, es que hemos entrado en una década crítica de cara al futuro de la humanidad en el planeta. Esto significa que estamos cerca de superar el punto de no retorno. ¿Qué quiere decir esto? Que el planeta comenzará a no ser capaz de soportar el mundo moderno tal como lo conocemos. El factor emergencia solo entra en juego cuando ese riesgo es afectado por la falta de tiempo.

 

Sí, es probable que falten siglos hasta que esto derive en eventos climáticos más extremos que los ya presenciados, como el agua de los océanos elevándose varios metros y la aparición de nuevas que refloten nuestra memoria activa de la pandemia desatada por el covid-19.

 

¿Condenaremos a las generaciones futuras a vivir así? Un problema que el Profesor Schwab señaló en la entrevista “es el hecho de que nos hemos vuelto todos más egoístas, y más egoístas significa también una mentalidad más corta en el tiempo y estoy muy preocupado por una crisis intergeneracional porque en este momento hay una tendencia en el mundo a resolver problemas en la espalda de la próxima generación”. En palabras de Jane Goodall, es impresionante, como siendo las criaturas más inteligentes en haber habitado este planeta, estamos destruyendo, al menos de momento, nuestro único hogar[204]. Somos intelectuales, sí, pero en muchas ocasiones, no inteligentes.

 

¿Qué puede pasar si no logramos torcer la curva de emisiones durante esta década? Una selva tropical, saludable, podría trágicamente convertirse en una sabana si por culpa de la deforestación, sus árboles ya no pueden afrontar el reciclado del agua, estresando así su sistema. Otro gran ejemplo de Rockström es el de los glaciares. Los glaciares tienen una característica especial que los ayuda a mantener su estado sólido de congelamiento y es el hecho de que son blancos, por lo que reflejan la mayoría del calor que les llega a través del sol. Sin embargo, una vez que empiezan a derretirse, se vuelven más oscuros, hasta el punto de no retorno debido a que pasan a absorber más energía de la que pueden reflejar.

 

Los Tratados internacionales que han intentando, y aún intentan, revertir el estado actual del sistema, no han resultado. Los países pueden no cumplir los objetivos y hasta retirarse de estos tratados sin repercusiones o penalidades reales. Es fácil echarle la culpa a China hoy por sus elevadas emisiones. Es fácil ponerse del lado de los países industrializados que hoy proclaman la necesidad de reducir nuestras emisiones. Sin embargo, tal como señala Chandran Nair[205], Estados Unidos ha emitido más CO2 que cualquier otro país. Más de un cuarto de todas las emisiones desde 1751 fueron generadas por ese país e incluso con el ascenso meteórico de China, sus emisiones por persona son menos que la mitad de un estadounidense. Esto último explica el problema de los que se aprovechan de los esfuerzos de otros países sin pagar el ticket correspondiente. ¿Cómo puede Estados Unidos pedirle a China o India multiplicar sus esfuerzos en cuanto al combate contra el cambio climático cuando los estadounidenses, per cápita, emiten más que sus pares chinos o indios, incluso cuando estos últimos emiten más en términos absolutos? ¿Cómo se le pide a un país que desacelere su desarrollo, con las implicancias económicas y sociales que ello tiene, debido al problema que inicialmente generó otro? No podemos cambiar un sistema de raíz, como la industria y entramado energético mundial, y esperar que no haya nuevos ganadores y perdedores. Entonces ¿cómo vamos a negociar esto?

 

El problema es la falta de incentivos reales para disminuir y erradicar nuestras emisiones, sino cómo se explica que la industria de los combustibles fósiles reciba, según el FMI, 11 millones de dólares en subsidio por minuto[206]. Distintos expertos señalan que sin un impuesto a las emisiones de dióxido de carbono esto jamás sucederá. Así y todo, aplicar una medida de tal estilo no es fácil y tampoco es popular. Por un lado, esto empujaría a una inflación en el sector energético, generando nuevas presiones fiscales a los países. Sin ir más lejos, recordemos el caso de los Chalecos Amarillos en Francia. En esta ocasión los disturbios fueron generados por un aumento en el impuesto al combustible, que impactó de forma desproporcional a los trabajadores de clase media y baja. Esto demuestra que abordar la crisis generada por el cambio climático no es fácil, ya que algunas medidas pueden generar malestar inmediato en la sociedad, incluso cuando el costo de no hacer nada para solucionar esta crisis sea peor que el remedio en el largo plazo. Es más, esto ilustra el daño desproporcional que el cambio climático genera entre aquellos que más lo sufren y aquellos que lo causaron originalmente. De allí que ningún líder político quiera tomar las riendas reales de este asunto. ¿Es factible imaginar que quien esté a cargo de un país por un período presidencial de quizás cuatro años dedique toda su energía y los recursos del país en atenuar los efectos del cambio climático, lo que llevaría décadas y un compromiso de cooperación global, en vez de resolver otros problemas que la sociedad considera más urgentes o inmediatos? Lamentablemente, de no cambiar nuestra mentalidad al respecto, es probable que las medidas necesarias sean adoptadas recién cuando el planeta ponga a la humanidad al borde del colapso, por lo que los líderes políticos del mundo ya no tendrán temor en adoptar las medidas necesarias porque la sociedad misma se los reclamará.

 

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[203] AlphaGo – The Movie | Full award-winning documentary. Youtube. (2020). Visto el 15 de junio del 2021, en https://www.youtube.com/watch?v=WXuK6gekU1Y.

[204] BBVA. (2019). «Tenemos intelecto. ¿Pero somos tan inteligentes?». Jane Goodall, primatóloga [Video]. Visto el 28 de abril del 2022, en https://www.youtube.com/watch?v=DFEPiyRu3EU&t=192s.

[205] Nair, C. (2021). Net Zero is no solution to climate change. It’s a fantasy for the rich. South China Morning Post. Visto el 30 de noviembre del 2021, en https://www.scmp.com/week-asia/opinion/article/3154967/net-zero-no-solution-climate-change-its-fantasy-rich-countries.

[206] Carrington, D. (2021). Fossil fuel industry gets subsidies of $11m a minute, IMF finds. The Guardian. Visto el 5 de julio del 2022, en https://www.theguardian.com/environment/2021/oct/06/fossil-fuel-industry-subsidies-of-11m-dollars-a-minute-imf-finds.